Tommaso fue raptado el pasado 2 de marzo por unos desconocidos que, al parecer, tenían la intención de pedir un rescate de un millón de euros al padre, Paolo Onofri, director de una sucursal de la caja postal.
La angustia por la situación del pequeño ha durado todo un mes, pero sus secuestradores nunca llegaron a hacer la llamada del rescate porque lo mataron apenas dos horas después de raptarlo.
Una huella dactilar
La Policía pudo detener a los autores por una huella dactilar. Son Mario Alessi, de 44 años, y Salvador Raimondi, de 27, que se recriminan quién dio el golpe fatal con una pala. El secuestro saltó a la prensa cuando los padres pidieron desesperados su liberación, porque Tommaso padecía epilepsia.
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